lunes, 10 de diciembre de 2007

Graciosetes (y la madre que los trajo!)

¿No os ha pasado alguna vez que en una situación tensa, aparece el típico individuo que intenta hacerse el graciosete sin mucho éxito? Pues eso nos pasó este domingo volviendo de Frankfurt.

En Alemania tuvimos un vuelo plácido, pudimos dormir sin problemas y pasar el rato de forma amena. Pero al llegar a Barcelona empezamos a encontrar unas rachas de viento brutales. Las turbulencias meneaban el avión como un juguete en manos de un niño cabroncete, y la verdad es que duraron unos interminable 15 minutos más o menos.

A algunos ya os he contado mi "experiencia" religiosa al volver de Granada hará unos dos años y las fastuosas turbulencias que llegaron a hacer que cogiera miedo a volar... así que cuando ví que el avión se movía de esa manera, literalmente, me acojoné. Y eso que empiezo a respirar hondo, a tranquilizarme, y mientras me serenaba, empecé a ver a dos pánfilas, sentadas dos filas más allá, que intentaban pasar su miedo haciéndose las graciosas (por supuesto, españolas, como no). Y digo pasar su miedo porque por mucho que intentaban hacer cómo que no les afectaba la situación, por lo menos una tenía las manos bien sudorosas y asía con fuerza los reposabrazos... cosa que por lo menos yo no hago cuando estoy de cháchara. Literal (entre paréntesis mis pensamientos):

Pánfila anónima #1: ¡Que rabia debe dar caer al mar! eso sí que tiene que fastidiar (sí? pues de buena gana te tiraba al mar...).
Pánfila anónima #2: Jajajaja, cierto, es que te debes mojar toda... (sí claro, morir del impacto no es el problema, el problema es que va a quedar un cadáver mojado y destrozado, tía que fuerte!!).
Amigas pánfilas: Jajaja, que graciosas sois las dos, y que cosas a decir, ¡¡Nos partimos!! (ya te digo! a mi me dieron pasta para comer, pero ellas está claro que se comieron un payaso a medias).

Obviamente la escena ha sido un tanto exagerada para caricaturizar a las individuas en cuestión, pero el contenido es fidedigno. Y así durante los interminables 15 minutos que duró el aterrizaje. Tras los primeros 5 minutos, yo, que ya me había serenado, y que había abortado un intento de Monty de hacerse el graciosillo para romper la tensión, centraba mi atención en las marías que no paraban de vociferar grititos y chistes malos sobre muerte y destrucción.

El resto del pasaje iba callado porque el avión se zarandeaba contínuamente y había poco tiempo para la calma. Supongo que tenían una sensación parecida a la mía y todos iban a lo suyo, y como mucho, lanzaban alguna mirada de odio a nuestras verborreicas "amigas". Dicho sea de paso,
lo peor de esos momentos, o por lo menos para mí, es cuando el fuselaje cruje como si fuera a partirse. Además, fue en ese instante cuando me dió por darme cuenta que los aviones son todo plástico por dentro... vaya momento para ponerme observador.

En fin, volviendo a lo nuestro, las marujas seguían con su festival del humor y entonces llegó un GRAN comentario:

Pánfila anónima #1: - Pon aquí un chiste sin puñetera gracia sobre muerte o aviones estrellándose -
Grupo de pánfilas: JAJAJAJAJA
Pánfila anónima #1 dirigiéndose a la outsider del grupo de pánfilas que no se reía y estaba a su bola todo ese rato: Oye Marijuana (nombre ficticio) , no te ríes, estás un poco callada, es que tienes miedo o qué?
Outsider: No, es que no me hacen ni puñetera gracia tus chistes. Y sí, tengo miedo, cómo vosotras.

(silencio) -bueno, yo me descojonaba por dentro, pero en el avión se hizo el silencio-

Y ya no volvieron a hablar a gritos ni a contar chistes malos. Se limitaron a pasar el mal rato (como todos) en silencio o hablando en voz baja y sin molestar. Oye, si íbamos a morir, por lo menos, que no fuera oyendo a un grupo de cotorras graznar incoherencias y quitándose el miedo a costa de convertir el avión en un gallinero. Así que agradeciéndole eternamente su comentario, me dispuse a disfrutar plácidamente de nuestra pequeña tortura china.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Oscarino, si hay una cosa que me "acojona" -cito textualmente mi culto amigo- es volar.
mientras leía tu párrafo me salió una angustia indescriptible, y creo que la única manera de quitarme esa rara sensación de impotencia y de miedo es asustar a alguien.
Necesito pasar al segundo aviso (y tu y los otros habitantes de "la casa" sabéis a qué me refiero)...jiijiijii

Stigma dijo...

Hmm y a nadie se le ocurrió en ningún momento llamar a la azafata para que las detuvieran por terroristas? Hubiera sido un puntazo XD

A mi sólo me ha pasado una vez, y tengo que decir que, contrariamente a todo esto, yo me lo pasé pipa de Milán a Berlín. No se, sentir las sacudidas y todo eso... me recordaba al Dragon Khan de Portaventura :_)

Pero claro, yo soy raro :P

Oscar dijo...

Mamma!! que con el susto que pasé ya es suficiente. Nunca quise insultar a la familia!!

Stigma, sí, eres raro xD