Bocachanclas

Mucha gente confunde la voluntad y la valentía de arriesgarse con nuevos retos y ser un "tirao p'alante", con ser un enteradillo de la vida; un prepotente que cree que todo lo hace bien. La principal diferencia que veo en la actitud de ambas formas de ver la vida, es el respeto que se siente hacia los demás.

Es el caso de Aznar. No quiero hablar de política en el blog (por lo menos de momento), así que me voy a ceñir a la figura "pública" de Aznar y sus apariciones en los medios de comunicación. La última perla de nuestro ex-presidente es intentar hablar italiano (que dicho también sea de paso, hay que tener ganas!!). Y lo ha hecho tan rematadamente mal, que oirlo hablar "tejano" ya no me parece tan grave. Lo que menos me gusta de él, y por eso lo considero en el segundo grupo de los arriba mencionados, es su expresión corporal (tanto su postura, sus facciones, su mirada, sus gestos...) al hacer estas cosas. Es una expresión de pura prepotencia, soberbia, altivez y en definitiva, de creerse por encima de todo. Si recordáis, ya tuvo otra perla referente a las campañas de tráfico y los límites de velocidad de similar calado...

Veo a Aznar cada vez más desafiante. Embebido en su propio orgullo, tan seguro de sí mismo que cada vez lo veo más peligroso... y por eso me alegro que dejara la política. No veo mucha diferencia en su forma de ser a la de Chávez, por ejemplo, al que tanto critica. Ambos creen tener la razón y la verdad absoluta. Desprecian las opiniones de los demás y aunque encuentren una dura oposición a sus planes, los tiran para adelante creyendo que es lo mejor; lo mejor para redimensionar el ego nacionalista de sus países (y el de ellos mismos, porque el trasfondo, al final es ese, sentirse bien y mejor que los demás), que parece ser lo único que les importa.

¡¡Aznar, por favor, si ya es fea de por sí la lengua de Dante, no la estropees más todavía!! Además, cualquiera sabe que si no mueves las manos, no hablas italiano...