Otra vez

Definitivo. Odio el Decathlon. No por la tienda en sí, con precios estupendos para artículos de calidad aceptable, sino por los niños que por allí pululan.

Mi hermano ha venido a Barcelona para comprarse una bicicleta del Decathlon y lo he acompañado... y otra vez los monstruitos dando por culo, con perdón. Al lado de las bicicletas hay unas cuantas canastas de éstas de pega para poner en los patios y echarse unos 21's... y la cuestión es que había una miríada de canijos tirando a canasta. Y fallando. Y por mucho. Y dando a la gente. Y ocupando los pasillos. Y corriendo. Y saltando. Y chillando. En definitiva, molestando al personal. ¿Y dónde están los padres? eso me preguntaba yo, hasta que me di cuenta de la realidad.

"Mira Pedrito (nombre no real, para preservar la identidad del niño y su infancia, y evitar que nos cierren en blog), quédate aquí con todos estos amiguitos, vale? juega un rato con ellos y si quieres algo, ahí tienes a la abuela sentada." A la señora madre le faltó decir, y no olvides molestar mucho (y tocar lo que no suena) a los demás clientes, vale? A lo que el niño hubiera asentido alegremente y se hubiera quedado tan feliz, sabiendo que estaba cumpliendo con su misión en la vida. Además, la pobre abuela estaba espatarrada en una silla exhausta, después de haber seguido (o mejor, dicho, presuntamente haber seguido) a la cívica de su hija y su nieto por el centro comercial toda la tarde.

Si esa mujer no tiene consideración hacia su madre, como va a tenerlo para el resto de personas? es en estos momentos cuando te das cuenta que Stalin no era tan mala persona. Seguramente, el pobre hombre estaba un día en el homólogo del Decathlon en Rusia, intentando comprar una bicicleta, y tuvo que soportar algo así. Pues normal que el hombre empezara a purgar gente.

Así que para acabar esta entrada voy a parafrasear un cartel que vi en un local de Zaragoza que estaba perfectamente ambientado con mil detalles de grupos musicales y demás y que ponía: "Nos gustan mucho los niños, pero por favor, dejénlos en casa, gracias".

Pues eso.