domingo, 25 de noviembre de 2007

Un domingo cualquiera

Cuando te levantas el domingo por la mañana, todos los problemas de un día cualquiera se hacen más ligeros. Soy capaz de levantarme a las 9:30, sin explicarme cómo, cuando entre semana tengo que hacer esfuerzos titánicos y recurrir a tretas de colegial para levantarme a tiempo (la última que he puesto en práctica es poner la alarma en el móbil y alejarlo de mí -tanto como pueda- para forzarme a levantarme de la cama para apagarlo); me apetece prepararme un buen desayuno, bajar a por el diario (y comprarme el cd de turno de Bob Dylan que regalan con El Periódico) y estarme tranquilamente sentado en el sillón, leyendo o navegando por internet, mientras escucho música. Eso sí, en esta casa, te levantes cuándo te levantes, María ya está despierta. A veces pienso que no duerme, que es alguna especie de ente biónico (al estilo Kyle XY), que nos engaña haciéndose pasar por humana.

En cualquier caso, hoy me ha dado por pensar que me hago mayor (otra vez). Tengo una rutina muy concreta para los domingos que parece la de mi abuelo... y lo peor es que me gusta. Disfruto como un enano en un fin de semana cualquiera; es decir, un fin de semana sin nada especial. Hacía varios fines de semana que por una cosa u otra no tenía un completo fin de semana tranquilito, de esos de estar por casa... y me preocupa, porque no debería gustarme, pero me gusta. Apenas hago nada: ¿Arreglo mi habitación?, ¿Limpio la parte de la casa que me toca esta semana? o ¿Sigo sin hacer nada?, ¿Pasando el rato, pero disfrutándolo? No sé cómo ni porqué, pero oye, que lo disfruto.

Y parece que se contagia. David se echa la siesta después de haber dormido como 11 horas (y luego dice que soy yo el vago), y María se levanta de la cama para... dormitar en el sofá. El único, Monty, que se ha ido por ahí de comida... ¡Pero vaya apalancamiento que llevamos los demás!

En cualquier caso, allá a las 19:00, supongo que nos activaremos. Iremos a ver una película o alguna obra de teatro (hay un monólogo que hace tiempo que perseguimos) y tendré la sensación de: "¡Vaya día más bien aprovechado!" cuando apenas habré hecho nada...

¡Bendito domingo!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Eso es lo bueno de los domingos! Dormir y dormir hasta perder la noción del tiempo y despertarte de noche y desayunar a la hora de cenar. Como cosas para hacer un domingo, yo te aconsejo que visites páginas de lolcats, esos gatos tan divertidos. Imagino que en Barcelona habrá muchos clubes alternativos donde va la gente con jerseises a rayas, gafas de pasta, unos bongos y boina; buffetes y cosas así donde recitan poesía y dejan pasar a gatos. También puedes salirte a una terraza a leer ese periódico, y tomarte un vermú, que es tan dominical como los dominicales (esas revistas que tanto huelen a imprenta).
Por cierto Lanzarote, no logro encontrar el Abstract por ningún lado, ¡estoy muy confundido!

Oscar dijo...

Mi primer comentario! :_)

Voy a ponerme serio para que parezca algo solemne.

Querido Drunkerjeit: Me alaga que un neerlandés sea mi primer "comentarista" (¿?) :_) Pero me gustaría recordarte que los blogs no tienen ASTRAT!! (no como TÚ proyecto xD). Bueno, a ver si ésto cuaja y nos queda un blog que sea la mitad de chulo que el tuyo ^^

Stigma dijo...

En el fondo......................................................
Todos somos vagos
(Que profundo ma kedao) XD