martes, 15 de enero de 2008

Niños

Los odio.

Bueno, no a todos. Algunos son bien monos, pero hay un porcentaje (que para nada es minoría) bien repelente. Me refiero a esos monstruitos que corretean a tu alrededor, te tiran bolitas de papel y que si pueden, te meten el puño en el ojo. Y sí, digo el puño entero, porque en esas pequeñas cabecitas diabólicas no cabe la posibilidad de meter un sólo dedo si pueden meter más de uno.

"Vale, ¿Y qué nos cuentas?" Impacientes, pues os cuento ésto debido a una experiencia vivida durante las fiestas (y que no escribí en su día por el ajetreo de esos días). Me encontraba yo felizmente en el Decathlon de Illa Diagonal haciendo unas compras. Bueno, felizmente no, asqueado por la cantidad de gente que había. Pero que vamos, que allí estaba yo esperando en los probadores y cargado hasta arriba. Chaquetas, bufandas, bolsos, accesorios varios y el carrito de la compra de las cosas que ya habíamos comprado... y con una calor "que pa qué".

Pues a eso que llega una primera pareja y dicen la manida frase de: "Joan, estigues quiet, no corris" (Juan, quédate quieto, no corras). Os pensáis que el niño hizo caso? Ja. El niño llevaba un carrito con ruedas y empezó a usar a los santos patrones que allí esperábamos, de obstáculos de su Le Mans particular. Obviamente, la pericia de Joan dista mucho de hacerle correr algún día en el circo de la Fórmula 1, y el carrito más bien pasaba por encima de los pies de la gente. A eso que los padres, a su puñetera bola, se limitaban a ir diciendo de tanto en tanto, "Joan Joan! quiet! no molestis a la gent!". Directrices que el niño ignoraba, y que los padres, dicho sea de paso no es que les importara mucho.

A eso, que llega otra mujer con dos niñas de la mano... y no sé cómo, pero empezaron a deslizarse por el suelo aprovechando que estaba encerado y resbalaba bastante. Para acabar de liarla, llegan dos mujeres con 4 ¡¡4!! diablillos que aparcan sus carros delante de los probadores, y van a probarse ropa dejando a una niña de no más de 10 años al cargo de los carros y de los otros 3 mini-yos.

El pasillo atascado, todos hasta las narices de los niños; uno haciendo eses entre la gente con el carrito de la compra, dos tirándose por el suelo, y 4 jugando, gritando y armando jaleo. No había sitio para pasar por el pasillo, por el atasco que las dos marujas que llegaron últimas había creado, y tenía un agobio tal (sólo comparable a la de la pobre niña que se había quedado encargada del resto), que llegué a entender el número de homicidios que se cometen en EEUU. ¿Qué hubiera hecho el 90% de la gente que dispusiera de un arma en una situación como esa?

Angelitos... JA.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Ni que los angelitos fueran buenos!! JA!!
Mira sino de quien era la inquisición!!

Pobres niños... seguramente incluso tú serias de esos, pero ahora te molestan.. claro claro.
XD

Oscar dijo...

Perdona, yo era un niño adorable. Nada que ver con estos engendros del averno que pueblan nuestras calles.

No como tú... que serías un pequeño cabroncete!

Anónimo dijo...

yo?? pero si era un angelote!!
Lo más que hice fue apedrear a mi hermana un dia que me aburria :_)

Anónimo dijo...

yyy le dije y yo tanvien tendria muxa hembidia porque si un nillo carbo escriviera astrascsts mejol q yo!1 xdd

Monty dijo...

Si una cosa se aprende de las pelis, como 28 semanas despues, es que los ninyos tienen la culpa de todo!! a matarlos!

Anónimo dijo...

Leed "Buenos presagios". Tambien hay niños buenos XDDD

Anónimo dijo...

Ay!! estos abueletes hablando de su futura reproducción...
Que tierno me parece todo. Unos que maduran y ya piensan en procrear...